sábado, 28 de enero de 2012

Tercer día del curso. INTRODUCCIÓN A LA VIDA INSTITUTORA.

Aunque ya tengo 4 años de experiencia en esta ardua labor como monitora, aún me sigo sorprendiendo con cada historia que han de contar los egresados, los cuales son parte importante en este curso que tiene un gran significado en la mente y corazón de cada uno de estos chicos.
Y es que al escuchar el gran amor y desempeño que realizaban cuando eran estudiantes de este Nido de Águilas me eriza la piel, cada vez me siento más identificada con sus anécdotas. ¿Será que todos los graduados del Instituto Nacional de Panamá tenemos los mismos sentimientos? ¿Qué nos hace querer tanto a nuestr alma mater? ¿Por qué nos identificamos tanto con la vida de nuestros hermanos institutores?
Quizás para una persona que jamás haya pisado el Instituto Nacional le parecerá utópica una respuesta a cada una de estas preguntas, y no es por bociferar ni nada por el estilo; pero debo decir que este colegio nos inyecta a cada uno de nosotros una chispa que nos hace vivir día y noche para hacer mejor nuestro trabajo, no somos conformistas, porque hemos nacido para ser vencedores; para luchar contra lo que sea o contra quien sea, cualquier obstáculo que pueda alejarnos de nuestros sueños será derrumbado.
Esto es lo que para mí a lo largo de los años me han trasmitido los egresados con cada una de sus pláticas.

Como siempre he dicho, si volviera a nacer y tuviera que elegir un lugar en dónde estudiar, hacer amigos, amar a mis prójimos, divertirme y desenvolverme en un ambiente donde todo es cuestionado para ser mejorado, sería sin duda el Instituto Nacional de Panamá.


No hay comentarios:

Publicar un comentario