HISTORIA DEL NIDO DE ÁGUILAS

“Ser institutor es una vivencia que jamás termina; y por eso somos aguiluchos para toda la vida”…palabras de la Dra. Reina Torres de Araúz.

Como todos sabemos el Instituto Nacional de Panamá, también llamado Nido de Águilas ha sido la cuna para varios presidentes, ministros, diplomáticos, ingenieros, sacerdotes, médicos, arquitectos, educadores, periodistas, abogados, enfermeras, dirigentes estudiantiles, pintores, poetas, militares, científicos, escritores, de hombres y mujeres, que en forma decisiva y positiva se destacan en muchos otros órdenes del quehacer humano en todo el territorio del país y en el extranjero.

Todos como egresados debemos tener la obligación moral de ofrecer un aporte con todo nuestro trabajo, tiempo y dedicación; todos estos pueden ser elementos esenciales para levantar nuevamente el prestigio que por muchos años tuvo el Instituto Nacional.

Abrigo la esperanza de un mejor futuro, porque los institutores debemos ir destinados a triunfar hacia el mañana, haciendo y viviendo cada una de nuestras etapas como una gran experiencia; experiencia que pasará de generación en generación. Sólo nosotros tenemos el poder de transmitirle a la nueva masa estudiantil EL ORGULLO DEL SER UN VERDADERO INSTITUTOR.

Por otra parte sabemos que nadie puede amar algo que no conoce, por lo tanto me he tomado el tiempo de escribir algunos fragmentos del libro: Aguilucho… ¿Conoces tu Alma Mater? De la Autora Aleyda Pinilla de Pravia (para conocer la vida de esta gran egresada de nuestro plantel, sólo debes buscar el artículo titulado con su nombre, en este mismo blog.

Creación del Instituto Nacional de Panamá.

Iniciaremos diciendo que, providencialmente, el Instituto es inmenso, destinado a nacer en las faldas del Ancón. Nace y crece con tanta fuerza que en poco tiempo se entrelazan en su historia tres fechas significativas que sin desmeritar una a las otras, detonan su grandeza, fechas que están impresas con letras de admiración y orgullo en la mente y el corazón de todos los institutores. Estas fechas son: el 1 de junio de 1907, su fundación; el 25 de abril de 1909, su inauguración e inicio de clases en la Escuela José Manuel Hurtado; y el 17 de julio de 1911, inicio de clases en su local actual.

Posteriormente, el gobierno, reconociendo que el Instituto Nacional “ha sido escenario de numerosas asambleas y reuniones que han coadyuvado a delinear la personalidad de la Patria y que la belleza arquitectónica del edificio amerita su conservación y salvaguarda” expide el Decreto de Gabinete 18 de enero de 1971, declarando al Instituto Nacional “Monumento Histórico Nacional”.

Al referirnos al Instituto Nacional, debemos hacer un breve recuento sobre el inicio de la Educación en Panamá, y tener presente que una vez lograda la independencia de Colombia, la recién nacida República de Panamá, se encontraba en una precaria situación económica sin la infraestructura necesaria para su desarrollo, debido al completo abandono que el Gobierno colombiano la tenia sumida; lo que dicho sea de paso, fue la causa fundamental de nuestra independencia de Colombia.

Al darse la independencia, nuestros primeros gobernantes estaban conscientes de la necesidad educativa que confrontaba el país, y consignan su preocupación en el Artículo 133 de la Constitución de 1904. Ellos estaban conscientes de la situación económica que se confrontaba, pero estaban, igualmente, convencidos de que era urgente desarrollar la educación en el país; pues ella es la herramienta fundamental para lograr el desarrollo integral del pueblo. Por esa razón, a escasos 4 meses de independizados, la asamblea de Diputados aprueba la Ley 11, ORGÁNICA DE LA INSTRUCCIÓN PÚBLICA del 23 de marzo de 1904, publicada en la Gaceta Oficial 12, de 13 de abril de 1904.

Esta Ley facultaba al Ejecutivo a crear planteles educativos y sentó las bases de la enseñanza primaria en la República. Posteriormente, fue modificada por la Ley 22, publicada en la Gaceta Oficial No.456 de 5 de junio de 1907.

Fundamentados en la Ley 11, se crearon una multiplicidad de escuelas, entre ellas:

La Normal de Varones y de Institutoras, Superiores de Varones y de Niñas, Colegio de Comercio e Idiomas y las escuelas de Música, Declamación y de Artes y Oficios.

El profesor Juan Antonio Susto, indica que esta multiplicidad de escuelas poco beneficio dieron al país y representaban un gran costo para el fisco; excepto las escuelas Normales y las de Música, Declamación, Danzas y de Artes y Oficios.

El Dr. Abel Bravo, quien era diputado a la Asamblea Nacional de Diputados y Presidente de la Comisión de Instrucción Pública, fue concibió la idea de que era conveniente crear un gran colegio de enseñanza que reuniera estos planteles. Con ese objetivo, desarrolla dicha idea y la incorpora en un proyecto de Ley para reformar La Ley 11; proyecto que es presentado a la Asamblea Nacional por Don Melchor Lasso de la Vega y que al ser aprobado se  convierte en la Ley 22 de 1 de junio de 1907, que en su artículo 20 expresa: “crease un Instituto Nacional, donde se enseñarán algunas profesiones y se dará instrucciones para otras” lo cual representaba la idea del Dr. Abel Bravo, secundado por el Dr. Arturo Amador García de crear un gran centro de enseñanzas. Así se crea o funda el Instituto Nacional, y de esta manera aparece en el horizonte panameño este plantel que ha sido cuna de los valores más significativos de nuestra vida intelectual, literaria, científica, cultural, política y deportiva, que al nacer confronta los siguientes problemas, entre otros:

1.     La precaria situación económica en que se encontraba el país.

2.     Falta de profesores de carrera, con estudios en pedagogía y dedicados a la enseñanza como profesión, los gobernantes tenían la firme convicción de que era necesario que los profesores poseyeran las características del verdadero profesor y las condiciones especiales que sólo se adquieren con una disciplina intelectual y moral, destinada a la formación de maestros.

3.     Carencia absoluta de planteles educativos.

Circunstancias éstas que fueron la causa por las cuales el Instituto Nacional no inició labores en la fecha en que fue creado, el 1 de junio de 1907, tal como se hace al crear instituciones oficiales. Gracias a los esfuerzos de Don José Domingo de Obaldía, Presidente de la República de ese momento, y al Dr. Eusebio A. Morales, Secretario de Instrucción Pública , se inaugura 22 meses después de haberse firmado la Ley 22; luego de superar parcialmente los problemas indicados.

Para superar la falta de profesores idóneos, se contrataron profesores extranjeros de reconocido prestigio y se envió a algunos jóvenes profesores panameños, a estudiar al exterior como al Profesor Luis Ramón Salvat y Fermín Naudeau a quienes se les envió a Alemania y Chile a especializarse en Matemáticas.

Entre los profesores que se contrataron, estaban el Profesor Richard Newman quien era un gran pedagogo que se dedicó a la formación de maestros y los hermanos Eugenio y Otto Lutz. Educadores ampliamente reconocidos en Europa.

4.      Otro gran inconveniente que afrontó el Instituto Nacional, fue la renuncia de la sociedad existente, que no veía con buenos ojos el hecho de que se creara un colegio con sistema de educación laica sin influencias sectarias, abierto a todas las ideas del pensamiento moderno contrario al sistema tradicionalmente establecido de marcada influencia religiosa.

Indica el Prof. Ricardo Jaén Jr., en su obra Síntesis Histórica del Instituto Nacional: “Esta nueva educación tendría que ser laica, abierta a todos los pensamientos, y que esta obra resultaba de mucho avance para la época en que se vivía”, lo cual era algo nuevo, para la época en que se vivía y constituye la grandeza del Instituto Nacional; pues la educación desde ese momento no iba a estar condicionada con fines sectarios, como lo manifiesta el Dr. Eusebio A. Morales en su discurso de inauguración.

EL “VIEJO INSTITUTO”.

Así, al funcionar todos los planteles existentes en Instituto Nacional éste después de superar obstáculos, teniendo como fundamento legal el Decreto 17 de 8 de marzo de 1909, el 25 de abril de 1909 es inaugurado solemnemente e inicia labores con un considerable número de alumnos que disfrutaban de becas pagadas por la Nación y que procedían de las escuelas Normal y Superior de varones. Inicia labores en un local donde actualmente funciona la Escuela Manuel José Hurtado, local que resultó pequeño para la matricula inicial de 298 estudiantes; distribuidos en cuatro secciones a saber: Normal, Humanidades, Comercio y Técnica.

La inauguración del Instituto Nacional fue el 25 de abril de 1909, por Don José Domingo de Obaldía, Presidente de la República lo cual constituyó un acto de gran relevancia nacional; fue una ceremonia a la cual asistió una selecta concurrencia y altas personalidades del Gobierno.

De igual manera, y por considerarlo de permanente videncia, transcribimos completo el discurso pronunciado por el Dr. Eusebio A. Morales quien por su constante dedicación, esfuerzo e interés, fue el alma creadora que dio el impulso necesario para que el Instituto Nacional iniciaría labores el 25 de abril de 1909. Puede ser considerado Padre del Instituto Nacional; y fue uno de los estadistas más destacados que ha tenido la República. Con base a esos méritos y a su labor, se pensó bautizar con su nombre el primer plantel secundario creado en la República pero considerando que nuestros primeros gobernantes, en su mayoría pertenecían a la logia Masónica, y vislumbrándose un enfrentamiento con la sociedad eminentemente religiosa, se optó por identificarlo con un nombre que fuera cónsono con la naturaleza laica del nuevo sistema educativo que se inauguraba.

Discurso pronunciado por el Dr. Eusebio A.

Morales en la inauguración del Instituto

 Nacional el 25 de abril de 1909.

“Hemos venido aquí a inaugurar solemnemente una institución de la más alta trascendencia para el país, y la ocasión es digna de algunas reflexiones, por cuanto esa institución marca el advenimiento de nuevos tiempos realiza esperanzas acariciadas por el patriotismo, durante largos años, estimula y alienta aspiraciones que nacen hoy sobre las tumbas de tantas otras, elevadas y nobles, ahogadas en la más dolorosa impotencia y condensa el pensamiento de una generación luchadora que se haya en el cenit de la vida y que espera dejar en el suelo de la patria huellas profundas de su energía y de sus poderes intelectuales.

El sueño panameño necesitaba de un centro de enseñanza que correspondiera a su estado social y el Gobierno con compresión clara de esa necesidad inaplazable, le presenta al país después de una labor de pocos meses, una institución organizada conforme a un plan científico, metódico y sencillo.

Tiende este plan a dirigir la enseñanza nacional, por nuevos rumbos. En primer lugar, es preciso conocer que la instrucción primaria obligatoria consignada en la Constitución, es imposible si no existen maestros aptos donde se tiene en cuenta que estos deben poseer una suma considerable de conocimientos científicos generales y un conocimiento especial de los métodos modernos más adecuados para la enseñanza. En donde quiera que alguno de estos dos elementos falta la instrucción primaria es deficiente o nula…”

OTROS DATOS IMPORTANTES.

El complejo de edificios del Nido de Águilas, fue diseñado por el arquitecto italiano Genaro Ruggieri, quien también diseño los planos del Palacio Nacional, el Teatro Nacional y el Palacio Municipal. Todos ellos son ejemplos de la arquitectura neoclásica panameña, al igual que el Instituto Nacional; el que constituye la cuarta construcción que empezó a proyectar la imagen de gran metrópoli de la ciudad capital.

La construcción fue dirigida por Florencio Arosemena, quien posteriormente fue Presidente de la República.

Este edificio es una joya arquitectónica. Por casi cien años ha desafiado la labor destructora del tiempo y del uso; sus fuertes paredes han resistido la acción del fuego y de las balas en las luchas valientes patrióticas que han librado los “aguiluchos” en defensa de sus ideales.

En el espacioso vestíbulo encontramos grabadas en letras de bronce la frase del poeta y pensador estadounidense Ralph Waldo Emerson, que han inspirado a todas las generaciones institutoras en sus luchas patrióticas:

“Sólo los que construyen sobre ideas, construyen para la eternidad”

No podemos referirnos al edificio principal, hoy edificio uno sin mencionar los símbolos del poder y sabiduría colocados sobre sendos zócalos, con sus alas extendidas y su larga cola tirada al lomo. Permanecen en actitud amenazadora e imponente, vigilando silenciosa y enigmáticamente, a propósito, la entrada, al Nido de Águilas: las queridas esfinges, criaturas mitológicas con cuerpo de león y cabeza humana esculpidas en bronce por Gaetano Chiaremonte, las cuales fueron traídas desde Italia. Están allí dispuestas a defender las ideas que en este templo del saber se enseñan; y que cuando un aguilucho destaca y logra triunfar parecen pronunciar las palabras supremas:

¡¡¡Loor a la gloria institutora!!!

Las esfinges son el símbolo de la sabiduría y fe de ello deben dar los estudiantes que egresen del Nido de Águilas.

También podemos recordar las diferentes agrupaciones estudiantiles que se organizaron en el Instituto Nacional y que acogieron las sanas inquietudes de los estudiantes podemos nombrar las siguientes:

1.     Banda de Cornetas y Tambores

2.     La Cruz Roja Juvenil

3.     Sociedad de Filosofía

4.     Sociedad de Gobierno

5.     Sociedad Los Antropologos

6.     Academia de Arte dramático

7.     Club de Oratoria

8.     Club de Matemáticas

9.     Clubes deportivos

10.     Sociedad Cultural Institutora

11.     Sociedad Humanistas

12.     Asociación Soberanía o Muerte -1964-

13.     Sociedad Honor Verdad y Cultura HOVECU

14.     Sociedad Ecológica Conservacionista del Instituto Nacional -1982-

15.      Cuerpo de Inspectores CI

16.     Cuerpo de Orden y Disciplina COD

17.     Organización Disciplinaria del Instituto Nacional – ODIN

18.     Cuerpo de Seguridad.

19.     Boletín informativo La voz Institutora

20.     Programa Radial La Voz Institutora

21.     Sociedad de Alquimistas.

 

 

TRAYECTORIA DEL INSTITUTO NACIONAL.

En el aspecto histórico se destaca que la tradición institutora se transmite por los hechos heroicos de todas las generaciones que nos procedieron. Esto lo podemos apreciar claramente con la participación de los institutores en las gestas culturales, cívicas y patrióticas.

Entre algunas de las fechas de gran trayectoria podemos mencionar:

·        1935, el Instituto Nacional se convierte en la sede de la naciente Universidad de Panamá, convirtiéndonos en nuestra máxima casa de estudios.

·        12 de diciembre de 1947, lucha contra la aprobación del Tratado Filos-Hines.

·        2 de mayo de 1958, Operación Siembra de Banderas.

·        19-22 de mayo de 1958, fecha del movimiento gestado por mejorar a las escuelas.

·        6-9 de abril de 1959, Movimiento idealista de Cerro Tute

·        3 de noviembre de 1959: Operación Soberanía.

·        9-12 de enero de 1964. Gesta por el rescate de la soberanía en la Zona del Canal.

ENTRE OTRAS FECHAS.

PENSAMIENTOS ILUSTRES.

“Al colocar la primera piedra de este edificio en 1910, pareció colocarse también la primera piedra de una filosofía de la educación. Aprender no sería ya un patrimonio de unos cuantos sino que estaría al alcance de todos porque, la educación no es un privilegio de castas sino un derecho de masas. Y esa amplitud de miras y este espíritu democrático han prevalecido a través de los años como parte integrante de la personalidad institutora”

Ing. Francisco Sibauste.

Discurso en el Acto de Graduación de 1963.

 

 

RECUERDEN QUE TODO LO QUE AQUÍ ESTA ESCRITO FUE UN TRABAJO REALIZADO POR LA AUTORA ALEYDA PINILLA DE PRAVIA, NO POR MI PERSONA.

ESPERO QUE LES HAYA SERVIDO DE ALGO ESTA INFORMACIÓN.